Si aceptamos la acción del payaso como payasada, estaremos obligados a aceptar como función principal de todo humorista, aquella que finaliza en la terminación –ada.
Ada es aquella palabra que se suele escribir con “h” pero como en este caso, y creo que en todos los casos conocidos y por conocer, la “h” es muda y a veces sorda y a veces manca pero nunca coja, por algún Dios, es solo una “h”, nada más.
Pero haciendo referencia a nuestra teoría; digo nuestra porque de algún modo señor o señora lectora o lector o madre de la lectora o lector o si se trata del padre de la lectora o lector; que debo decirle que o me llamo Arturo o es pura coincidencia con la realidad, o si se trata de un animal como un gato; que también debo decirle que es filosofía manchega y si no la entendemos nosotros perdóneme señor minino pero usted tampoco, está usted relacionado con esta teoría, debo poner un ejemplo que aclare con toda perfección inexistente y por existir la función del humorista de acuerdo con la acción “payasada”. Por ejemplo, los mayores humoristas de la historia mundial y la historia de Alemania e Italia sobre todo, son los nazis. Según nuestra teoría, no voy a decir por qué es nuestra de nuevo, los nazis son aquellas personas que se dedican paulatinamente, arbitrariamente, frecuentemente, anualmente, diariamente, entre comidas, entre semana, mientras discute consigo mismo que canal de la televisión alemana poner ó mí querido lector o lector o madre del lector o lectora, y más gente y gatos, mientras santifica a la manera pervertida una ermita cometen naziadas. Si, sé que es un poco difícil de sintetizar esta red de violentas y a su vez grandes reflexiones, pero si quieres que se lo resuma; nazi es el que comete naziadas, siendo la función las “naziadas” y el sujeto los nazis. Si queremos definir el término “naziadas” en parte y en final lo hemos hecho. Sólo tienes que leer al revés. Depende de lo que te diga tu mente o no te diga tu mente te podré delante de tu nombre el adjetivo calificativo “tonto/a”.
Dicho esto y estando totalmente claro paso con mi siguiente aclaración…
Comienza entonces mi frenesí de paranoicas aventuras idealizadas a corta, y muy corta, distancia.
Comienzo pues con el principio básico de mi misantropía. Dijo una vez el músico Kurt Cobain: "Las drogas destruyen tu memoria y tu propio respeto, no son buenas pero no pienso ir ahora predicando contra ellas". No quiero decir que tome drogas, sino que no voy a comenzar predicando sobre la misantropía. El que quiera entender que entienda.
El hombre “normal” del pueblo “normal” tiende a vigilar toda acción que cometa a lo largo del día dentro de ese pueblo “normal”. Digamos que mi mente se rebaja a la mente proletarizada del pueblo. Por lo que nos encontramos en un escabroso sistema de opresión o de hegemonía que ataca indirectamente al proletariado, a mi mente proletarizada.
Enfocando este hecho en la realidad, significa que mi misantropía se basa en el odio a la vigilancia del humano, apelo al término “pasante licenciado”. Empiezo por “pasante”, que es… aquella persona que… bueno en realidad, no sé que significa ni pasante ni licenciado pero su unión hace la acción del “correveidile”.
Bajo este, digamos hecho interno, podemos diferenciar cinco reacciones distintas:
La primera es la más sencilla en estructura teórica pero la más compleja en la “praxis”. Se trata de enfocar el ideal de agresión sistemática pueblerina autodesignada después de elaborar la teoría. La teoría dice que la reacción consecuente con la acción de la burguesía intransigente debe venir dada con la mayor velocidad y la mayor eficacia posible para evitar que ésta pueda manipular la información. La dificultad se encuentra a la hora de efectuar tal acción. La definición a este problema se definió como: “Son todos como malditas cucarachas que aparecen donde no deseas y no aparecen donde deseas”. Se denomina “plan CASPD”.
La segunda reacción sería la segunda más compleja en praxis puesto que tiene un gran cargo moral. Según esto, delante de todo miembro perteneciente a la burguesía intransigente debemos abandonar todos los hábitos cotidianos y sentimentales que puedan levantar las sospechas de estos miembros. Nuestra costumbre es marcar después, nuestro estado maniático pacífico.
La tercera es el cambio de identidad. Delante de cualquier miembro perteneciente a la burguesía intransigente, todo compañero sentimental pasará a ser “el primo”. Incluso en lugares cerrado y a veces abiertos, se marcará esta identidad mediante el llamado “grito de la marca” que aclara las dudas a todos los pueblerinos que se preguntan, por ejemplo, ¿quién es ese de la coleta? Pero solo es un ejemplo.
La cuarta reacción es la más importante, es el uso de topos y chivos expiatorios. Siempre debemos tener un entorno y un individuo que actúen como clave secreta. Este señor o señora o madre del señor o señora o padre del señor o señora o gato del señor o señora, nos servirá para futuras conferencias internacionales sin que los pueblerinos se percaten que nuestra posición actual es demasiado extravagante para que ellos lo tomen como buena o correcta acción.
Por último, la quinta acción pertenece al plan CASPD. Se basa en las asambleas constitucionales privadas unidas por las rutas privadas y altamente secretas con una muy baja concentración de pasantes. Las asambleas nos servirán para dormitorios privados a su vez.
Dichas las reacciones toca hablar de las directrices a seguir a la hora de identificar a un pasante licenciado, hemos decidido llamar a estas directrices “los diez mentecatos”:
1- Toda persona anciana ha vivido mucho y conoce a nuestros jefes, seguir el procedimiento ya comentado.
2- Bajo la luz del sol las reacciones son obligatorias en los centros de ocio cotidianos de la burguesía intransigente.
3- La clase social dentro de la burguesía, el cani, es nuestro enemigo.
4- Bajo la luz de la oscuridad podemos liberarnos.
5- La burguesía intenta atacar, nunca entablar amistad.
6- En las conferencias internacionales se supone que no estoy contigo, estoy con Teresa.
7- Evitar todo vehículo blanco.
8- No matar.
9- Los verdes no son aceptables.
10- Si mis jefes nos ven, ya da igual.
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